Archivo del blog
-
►
2011
(18)
- ► febrero 2011 (8)
- ► enero 2011 (10)
-
►
2010
(206)
- ► diciembre 2010 (12)
- ► noviembre 2010 (4)
- ► octubre 2010 (12)
- ► septiembre 2010 (12)
- ► agosto 2010 (28)
- ► julio 2010 (21)
- ► junio 2010 (23)
- ► abril 2010 (26)
- ► marzo 2010 (20)
- ► febrero 2010 (6)
- ► enero 2010 (9)
-
►
2009
(167)
- ► diciembre 2009 (12)
- ► noviembre 2009 (26)
- ► octubre 2009 (19)
- ► septiembre 2009 (15)
- ► agosto 2009 (13)
- ► julio 2009 (25)
- ► junio 2009 (11)
- ► abril 2009 (7)
- ► marzo 2009 (13)
-
►
2008
(47)
- ► julio 2008 (1)
- ► junio 2008 (17)
-
►
2007
(16)
- ► noviembre 2007 (12)
- ► octubre 2007 (4)
domingo, 16 de mayo de 2010
Mujer, trabajo y salud cardíaca
Una presión laboral elevada aumenta el riesgo de angina de pecho o infarto.
El Mundo, España
CRISTINA G. LUCIO
Nuevos datos certifican que el estrés es un importante enemigo del corazón. Según las conclusiones de una reciente investigación realizada en mujeres, padecer una presión laboral elevada aumenta el riesgo de sufrir una angina de pecho o un infarto.
"Estos resultados deberían tenerse en cuenta en la planificación de una prevención primaria", subrayan los autores de este trabajo que publica la revista 'Occupational and Environmental Medicine'.
Estos científicos del Hospital de Glostrup (Dinamarca) realizaron un seguimiento a 12.116 mujeres danesas -todas ellas pertenecientes a la Sociedad Nacional de Enfermería- durante aproximadamente 15 años.
Al inicio del estudio, todas las participantes, que tenían una edad comprendida entre los 45 y los 64 años, rellenaron un completo cuestionario sobre sus características, historial médico, hábitos saludables y situación en el trabajo.
Además, los investigadores midieron el número de problemas de corazón que se producían en la muestra. Durante la investigación, un total de 580 participantes fueron hospitalizadas a causa de una cardiopatía isquémica (369 sufrieron una angina de pecho, 138 un infarto de miocardio y otros 73 otros problemas de riego sanguíneo).
La influencia del estrés
Al comparar los datos, los autores de este trabajo comprobaron que las enfermeras menores de 51 años que manifestaban estar sometidas a una alta presión laboral presentaban un riesgo de sufrir una angina o un infarto mucho más elevado que aquellas que consideraban que la demanda de su trabajo era "adecuada".
Después de tener en cuenta la influencia de otros factores de riesgo cardiovascular -como el tabaquismo-, los investigadores concluyeron que las profesionales más estresadas tenían un 35% más de riesgo de sufrir un problema de corazón.
"Y debe tenerse en cuenta que el 60% de la muestra afirmaba estar sometida a una presión laboral muy o bastante elevada", subrayan.
Aunque no han podido determinar por qué el exceso de trabajo era más perjudicial para las enfermeras más jóvenes, los investigadores barajan varias explicaciones. "Puede deberse a otros factores que se hacen más importantes con la edad [...], a que los individuos más vulnerables hubieran dejado ya el trabajo [...] o a que los participantes más mayores estuvieran jubilados [al final de la investigación] y, por tanto, no expuestos al estrés relacionado con el trabajo".
En sus conclusiones, reclaman investigaciones más exhaustivas que puedan determinar hasta qué punto la exposición al estrés influye en el riesgo de sufrir un problema de corazón y si esa influencia es irreversible o puede atenuarse con el tiempo.
¿Un café? ¡vamos, descanse!
Un descanso en el trabajo repercute de forma positiva en la vida familiar.
Fuente: El Mundo, España
EUROPA PRESS

Según explica la autora de este estudio, la investigadora Ana Sanz, la falta de recuperación genera espirales negativas para el bienestar y, de hecho, la presión laboral diaria favorece un mayor conflicto entre el trabajo y la familia, así como mayor sensación de agotamiento.
Dado que las variables relacionadas con el estrés y el bienestar pueden fluctuar de un día a otro, los autores del estudio diseñaron un diario en el que los trabajadores, procedentes de diversos ámbitos profesionales, contestaban a una serie de preguntas durante toda una semana laboral, tres veces al día (antes de ir a trabajar, al salir de trabajar, y antes de acostarse).
De este modo, comprobaron que la oportunidad de tomar un descanso durante la jornada laboral ayuda a que exista una relación positiva entre la vida laboral y familiar, además de aumentar la vitalidad.
Igualmente, explica Ana Sanz, se ha demostrado cómo la expresión de emociones juega un papel importante en nuestra vida diaria. En concreto, parece existir un patrón diferencial en función del contenido de la expresión emocional (negativo o positivo), así como del lugar en el que se expresa dicha emoción (el ámbito laboral o el personal).
Así, poder expresar emociones positivas, ya sea en el trabajo o con los amigos o familiares, ayuda a establecer una buena conexión entre estos dos ámbitos, y hace sentir a las personas con "mayor energía al acabar el día". Sin embargo, expresar emociones negativas al salir de trabajar, hace que la persona se sienta más agotada.
Este estudio revela por tanto una serie de implicaciones de carácter práctico ya que, por una parte, en línea con investigaciones previas, parece claro que la presión laboral genera mayores problemas de salud en los trabajadores. En este sentido, "los descansos durante la jornada laboral son un modo de recuperarse de las presiones, reponiendo fuerzas para continuar el día".
"Buscar un hueco para el humor y para olvidarnos de los 'debería', son algunas de las claves para enfrentarnos a las responsabilidades diarias", explica esta autora en un comunicado.
No alarge su jornada
La Nación | |
PARIS (AFP).- Trabajar tres horas más que la jornada normal de siete horas aumenta un 60% el riesgo de sufrir problemas cardíacos, según publicó ayer la revista European Heart Journal . Así surge de un seguimiento a once años de 6014 funcionarios públicos londinenses, de entre 39 y 61 años (4262 hombres y 1752 mujeres), sin enfermedades cardíacas previas y que participaban en un estudio llamado Whitehall II. Durante los once años de seguimiento, 369 participantes fallecieron de una enfermedad cardíaca, sufrieron un infarto no mortal o desarrollaron angina de pecho. "La relación entre las largas horas de trabajo y las enfermedades cardiovasculares es independiente de un conjunto de factores de riesgo medidos al inicio del estudio, como el tabaco, el sobrepeso o el colesterol alto", precisó a través de un comunicado de prensa la doctora Marianna Virtanen, investigadora del Instituto Finlandés de Salud Ocupacional, en Helsinki, y de University College, de Londres. El estudio reveló también que quienes trabajan más horas que las de una jornada normal (de 6 o 7 horas) suelen ser generalmente hombres, más jóvenes y con puestos de mayor responsabilidad. Pero, aunque la relación entre la horas extras de trabajo y las enfermedades cardiovasculares resultó evidente, la causa no lo fue demasiado. Según los autores, una pista podría ser que las horas extras de trabajo afectan el metabolismo o enmascaran los estados depresivos, de ansiedad o de falta de sueño. Otra causa podría ser lo que los investigadores llamaron el "presentismo enfermizo", que es cuando, a la inversa del ausentismo, los empleados van a trabajar aun cuando están enfermos, sin prestar atención a los síntomas y sin consultar al médico. Por placer En el comunicado, la doctora Virtanen enumeró varios factores que explicarían aquella diferencia. Entre ellos están el estilo de vida y los factores de riesgo de la salud en general. Las largas horas de trabajo influirían en el deterioro de la calidad de la alimentación e impedirían abandonar hábitos nocivos, como el tabaquismo, o adoptar hábitos saludables, como el ejercicio. "Otra posibilidad es que el estrés crónico [a menudo asociado con las largas horas de trabajo] afecte negativamente el organismo", dijo. 60% Trabajar más horas que las 6 o 7 de la jornada normal aumenta la posibilidad de sufrir problemas cardíacos. Fuente: Tomado de INTRAMED |
Calidad de Vida y trabajo
Plataforma SINC | |
Una nueva investigación incide en que el mejor trabajo es el que da más participación a las personas empleadas, más posibilidades de adaptar las condiciones de trabajo a sus necesidades, mayor reconocimiento y un trato justo. “Hemos estudiado la relación entre la exposición a los riesgos psicosociales y las llamadas Prácticas Empresariales de Gestión de la Mano de Obra (PEGMO) destinadas a contratar, utilizar, desarrollar y retener o despedir a los y las trabajadoras”, explica a SINC Clara Llorens Serrano, autora principal del trabajo e investigadora en el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS-CCOO). El estudio, publicado en la revista Scandinavian Journal of Public Health, determina que un buen ambiente laboral se relaciona con métodos de trabajo participativos y que permiten aprender nuevos conocimientos, con fórmulas contractuales indefinidas, con no hacer sentir a los trabajadores fácilmente reemplazables o amenazarles con el despido, con remunerar según las horas trabajadas y tareas desarrolladas, así como A partir de una encuesta realizada entre octubre de 2004 y julio de 2005 de 7.612 personas trabajadoras en España por cuenta ajena, financiada por el Fondo de Investigación Sanitaria, la investigación sugiere que “cuantas más PEGMO caractericen la organización laboral, mejor será el entorno psicosocial de trabajo y menor la aparición de trastornos de la salud”. “Según nuestros análisis y la evidencia previa, los riesgos psicosociales se relacionan con las PEGMO. Estas pueden constituir un factor clave de la asociación entre los riesgos psicosociales y la salud, y un objetivo primordial para la prevención en origen del estrés laboral al modificar la organización del trabajo”, apunta Llorens. Las claves de un entorno laboral óptimo Los resultados más relevantes muestran cómo un funcionamiento democrático y la aplicación de fórmulas de participación directa de los trabajadores en la realización cotidiana de sus tareas conducirían a un mejor entorno de trabajo. Las asociaciones más fuertes se encuentran en las variables de “control” (influencia en la realización del trabajo, posibilidad de aplicar y aprender nuevas habilidades y conocimientos en la realización del trabajo, sentido del trabajo,…), “apoyo social” (recibir ayuda y feedback en la realización del trabajo por parte de compañeros y supervisores, sentido de grupo, tareas y margen de autonomía claro), así como Los autores afirman que las PEGMO sobre el diseño de tareas y métodos de trabajo deberían tener en cuenta las habilidades y conocimientos de los trabajadores y también sus necesidades de aprendizaje y su autonomía. “Esto podría reducir significativamente o eliminar parte de los riesgos psicosociales en España, un país donde el taylorismo (la fórmula de organización del trabajo más extendida y persistente) ignora a los trabajadores como profesionales y como personas capaces de aprender y de decidir”, concluye la investigadora catalana. Entrevista (audio) Clara Llorens Serrano, autora principal del trabajo: ¿Cómo se realizó la encuesta y cuáles son sus principales conclusiones? ¿Cómo definiría un "buen entorno laboral"? ¿Cuáles son los riesgos psicosociales más prevalentes? *El estudio aparece en el ‘Scandinavian Journal of Public Health’ -------------- Fuente: Tomado de INTRAMED |