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miércoles, 21 de julio de 2010

Displays olfatorios para seguridad de cascos de ciclistas


Los cascos de ciclismo tienen un único propósito: proteger la cabeza del ciclista. Pero sólo los cascos en perfecto estado hacen ese vital trabajo apropiadamente. Es recomendable, por tanto, comprar uno nuevo ante la más mínima sospecha de que pueda estar dañado.

Debido a ello, para garantizar su seguridad, los ciclistas a menudo reemplazan su casco innecesariamente cuando, por ejemplo, éste se les cae al suelo. Como no pueden discernir si se ha dañado o no, optan por no correr riesgos. Es un despilfarro tener que desechar un casco que probablemente está en perfectas condiciones. Sería mucho mejor saber con certeza si es necesario cambiarlo por otro.

Un nuevo proceso de fabricación desarrollado en Alemania por investigadores del Instituto Fraunhofer para la Mecánica de Materiales (IWM) en Friburgo, en cooperación con el Instituto Fraunhofer para la Tecnología Ambiental, Energética y de Seguridad (UMSICHT) en Oberhausen, lo hace posible. Los materiales poliméricos (plásticos), añadidos al casco en el proceso de fabricación, comienzan a emitir un fuerte hedor si se forma una grieta, por pequeña que sea. Si la fisura es grande, el hedor resulta aún más claramente perceptible. La hediondez proviene de aceites especiales encerrados en microcápsulas.

Estas cápsulas eliminan la incertidumbre que lleva a desechar cascos en perfectas condiciones o arriesgarse a que ocurra una desgracia. Si el casco apesta, hay que reemplazarlo. Si no, es que sigue estando en perfecto estado.

La innovación desarrollada por el equipo de Christof Koplin del IWM y sus colegas es útil también para otros cascos cuyos posibles defectos son difíciles de verificar, como los de motorista, los de trabajador de la construcción y los utilizados en algunas otras actividades. Pero también puede ser empleada para verificar el estado de mangueras a presión en ubicaciones de difícil acceso, como por ejemplo el interior de lavadoras. E incluso, quizá con la ayuda de sensores de olor, para detectar a distancia y con prontitud grietas en cañerías de agua o de otras clases, antes de que empeoren y se produzcan escapes dañinos.

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