¿Laptop? No, una tableta por niño
Cinco años después de presentar al mundo su proyecto "una computadora por niño", la organización One Laptop Per Child (OLPC, por sus siglas en inglés) tiene una nueva apuesta: una tableta por niño.
Se trata de un proyecto para dotar a menores de edad en países en desarrollo con una computadora estilo tableta (similar al iPad) para que la utilicen con fines educativos.
La organización que ha dotado de laptops a algunos países latinoamericanos cree que el nuevo prototipo ayudará aún más a niños en naciones en vías de desarrollo.
BBC Mundo entrevistó a Ed McNierney, director de tecnología de OLPC, para hablar del futuro del dispositivo y de los críticas que ha recibido la institución por no haber vendido en US$100 -como había ofrecido- la computadora portátil XO.
Si todavía están tratando de distribuir más computadoras portátiles, ¿por qué fabricar una tableta?
Hay varias razones por las que una computadora estilo tableta cobra relevancia para los niños que estamos tratando de ayudar con nuestros dispositivos. Una es el costo. Si comparas una tableta con una laptop, notarás que una diferencia es el teclado. Es más fácil hacer una tableta sin teclado, que una laptop.
También es más fácil fabricar una tableta que es resistente al agua y al polvo. No hay aperturas que queden expuestas al agua, por ejemplo. Hay que tomar en cuenta que nuestros dispositivos se reparten en lugares con condiciones difíciles.
La última razón es la habilidad de crear una tableta que tenga un teclado virtual. Eso es muy importante para nosotros, porque ahora tenemos 17 distintos tipos de teclados para diferentes idiomas en nuestras computadoras portátiles.
Así que desde un punto de vista de costo y fabricación, es bueno tener un dispositivo con un teclado virtual. Además, el usuario puede modificar el teclado virtual, lo que permitirá a los niños cambiar de alfabeto o el tamaño de las letras en el teclado para que se ajusten a sus manos.
Perú, por ejemplo, siempre compra nuestras laptops con el teclado en español. Sin embargo, en el país hay varias lenguas minoritarias por lo que nos encantaría poder ofrecer un teclado en aimara, por ejemplo. Al darles flexibilidad con un teclado virtual es más fácil apoyar a las lenguas minoritarias.
¿Dejarán de fabricar las laptops XO?
Queremos que coexistan por mucho tiempo. Imaginamos que la tableta reemplazará a las laptops, pero quizá dentro de ocho años. La laptop tiene una interfaz familiar y la tableta aún debe evolucionar. Ahora tenemos dos millones de nuestras portátiles en el mundo que requerirán piezas y servicio, por lo que aún no se pueden descartar.
La clave para el éxito es lograr producir una tableta que sea sólo de plástico, incluyendo su pantalla, dado que una de vidrio sería muy frágil. Desafortunadamente esa tecnología aún no existe, pero creemos que para 2012 las pantallas de plástico serán lo suficientemente maduras como para que podamos usarlas en nuestros dispositivos.
La laptop XO se anunció como la computadora portátil de US$100, pero en realidad su precio superó los US$200. ¿Pasará lo mismo con la tableta?
Estamos esforzándonos para que el costo sea muy bajo. Queremos que la tableta cueste menos de US$100, pero algunos factores escapan a nuestro control. Uno de los problemas es que el dólar ya no vale lo mismo que hace unos años.
Vamos a revisar el precio constantemente y, considerando que el dispositivo estará disponible en uno o dos años, no podemos anticipar el precio futuro.
Nuestro objetivo es que la tableta OLPC sea presentada a principios de 2012.
En algún momento se mencionó que la laptop podría ser adquirida también por consumidores. ¿Venderán la tableta a cualquier persona o sólo se centrarán en escuelas?
Nuestros casos de éxito más importantes son Uruguay y Perú, que no son los países más pobres del mundo. Ellos han podido financiar el programa. Pero el reto es cómo hacemos que esto sea posible en naciones como Ruanda o Etiopía
Ed McNierney, director de tecnología de OLPC
Sólo se destinará a comunidades educativas. Hay mucho interés comercial, pero creo que mucha gente no aprecia la diferencia entre la teoría y la realidad. Nosotros no somos una organización con el tamaño suficiente para dar soporte técnico al mercado de un país desarrollado.
Mucha gente no le da importancia a esa cuestión hasta que alguien tiene un problema técnico con el producto y se enoja porque no tiene a quien llamar.
Nosotros trabajamos con gobiernos y les ayudamos a desarrollar la capacidad técnica en dicho país para que ellos puedan brindar el soporte técnico y la capacitación. Les damos autonomía local.
Hay muchas compañías que hacen dispositivos extraordinarios y baratos, y nosotros creemos que no podemos aportar mucho a dicho mercado. Ahora, en el mundo de las tabletas estamos buscando una estrategia diferente. Estamos trabajando con la empresa Marvell y sus asociados para que fabriquen tabletas similares a la nuestra, con características parecidas que pongan a la disposición del mercado.
Muchos países que al principio estaban interesados en comprar las laptops al final no lo hicieron y ustedes recibieron críticas por ello y por el precio de su producto. ¿Podrán superar esos problemas ahora?
Los retos que hemos tenido no se han presentado porque el hardware de nuestra laptop sea malo. El problema ha sido el dinero. Ahora tenemos que seguir ayudando a los países a encontrar los mecanismos de financiamiento que necesitan para que puedan distribuir más dispositivos. El debate ya no es si nuestros productos son necesarios, sino cómo hacemos que lleguen a más gente.
Nuestros casos de éxito más importantes son Uruguay y Perú, que no son los países más pobres del mundo. Ellos han podido financiar el programa. Pero el reto es cómo hacemos que esto sea posible en naciones como Ruanda o Etiopía. Desde nuestra perspectiva, lo único que podemos hacer es mantener el costo tan bajo como sea posible.
¿Cómo ayudará una tableta electrónica a la educación de los niños?
Necesitamos que el diseño del dispositivo motive a los niños a crear su propio contenido.
Cuando diseñamos productos para niños, tenemos que reconocer que ellos no buscan en las computadoras o en las tabletas lo mismo que buscamos los adultos. Cuando pensamos en teclados virtuales, por ejemplo, tenemos que pensar que no hay ninguna razón por la que tenemos que mantener el estilo del teclado de una maquina de escribir, como lo hemos hecho por 40 años. Quizá ellos tengan otras necesidades.
Nosotros trabajamos mucho con niños que nunca han visto una computadora y no tienen las mismas expectativas que nosotros. Tratamos de seguir lo que ellos buscan en la tecnología. Y así, asimilando sus preferencias, lograremos que aprendan más.
Fuente: BBC Mundo - Ciencia y Tecnología
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